Nuestro cerebro tiene una compleja sinfonía de químicos para
mantener el estado de ánimo a punto y para funcionar correctamente. Cuando se
desequilibran, pueden surgir todo tipo de dolencias y es entonces cuando
aparecen problemas como depresión, ansiedad o insomnio. Podemos sentirnos a
tope un minuto, y en el pero de los momentos en el siguiente. La clave para
sentirse mejor residen en regular los niveles de forma efectiva:
Serotonina: Es la responsables de sentimientos como el
optimismo, la calma o la seguridad. Cuando este neurotransmisor no está en niveles
óptimos, te sentirás decaído, de bajón, depresivo e incluso con ansiedad, sin
olvidar los problemas de sueño, desesperanza y actitudes poco positivas.
Dopamina: Conocido como neurotransmisor del placer, ayuda a
tener la mente clara, permite la motivación y estar vigoroso. Niveles bajos se
traducen en aburrimiento, letargia, capacidad de concentración disminuida y
comportamientos impulsivos. Su desequilibrio está además relacionado con
comportamientos adictivos.
Cortisol: En exceso, esta hormona puede fatigarte o hacerte
sentir tensa, o ambos. Si esto se cronifica, hará caer los niveles de dopamina,
a la vez que evitará que la serotonina llegue a algunas partes del cerebro. Se
cree que también evita la regeneración de células cerebrales.
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